martes, 16 de mayo de 2017

Las adicciones son conductas adaptativas

 

“Hemos creado una sociedad en la que muchísimos de nuestros conciudadanos no soportan estar presentes en sus vidas y necesitan automedicarse con estas drogas para poder atravesar el día. Nosotros podríamos estar borrachos en este momento. Nosotros tres podríamos estar bebiendo vodka, ¿cierto? No lo hacemos, porque tenemos un trabajo que nos encanta, tenemos algo que queremos hacer, nuestras vidas tienen sentido” - Johann Hari.

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En febrero de 2015* Democracy Now! conversó con el periodista británico Johann Hari sobre la centenaria y fallida guerra contra las drogas. Aquí se presenta un extracto de aquel largo e interesantísimo reportaje.
 

Johann Hari: todo lo que sabemos sobre la guerra contra las drogas y la adicción es incorrecto


Dice Hari que en los hospitales de todos los países desarrollados la gente recibe un montón de heroína [como diamorfina: la diamorfina es heroína de mucho mejor calidad que la que se consigue en las calles, 100 % pura y no contaminada] durante largos períodos de tiempo. Notarás —agrega— que hay algo extraño en esto: tu abuela [que pasó por la experiencia] no se hizo adicta después de su operación de cadera. Si lo que nos contaron acerca de la adicción fuera correcto, todas esas personas deberían salir de los hospitales con una adicción. Pero, de hecho, no es así.
Cuando reflexioné sobre esto, no sabía muy bien qué hacer al respecto, hasta que conocí a un hombre increíble llamado Bruce Alexander, que es un profesor de Vancouver. Él me explicó que la vieja teoría de la adicción proviene de una serie de experimentos que se realizaron a principios de siglo XX y fueron presentados en una famosa campaña antidrogas de los años 80 en Estados Unidos. Hay un experimento muy simple, que los espectadores pueden probar en su casa si tienen inclinaciones sádicas: se consigue una rata y se la pone en una jaula con dos contenedores de agua. Uno de ellos tiene solo agua y el otro tiene agua mezclada con heroína o cocaína. Si lo haces así, la rata casi siempre preferirá el agua con droga y casi siempre termina matándose. Y con eso se llegó a la conclusión: eso es la adicción.
Pero en los años 70, Bruce viene y dice: "Un momento. Estamos poniendo la rata en una jaula vacía. No tiene nada que hacer excepto beber agua con droga. Probemos de otra manera". Así que Bruce construyó el "Rat Park" (el Parque de las Ratas). "Rat Park" es como un paraíso para las ratas. Allí tienen un montón de queso —en realidad, no creo que sea queso sino un alimento bueno que les gusta a las ratas— tienen un montón de bolas de colores y un montón de amigos. Pueden tener un montón de sexo. Todo lo que una rata pueda querer, lo tiene en "Rat Park". Y ahí están las dos botellas de agua: tienen el agua normal y el agua con droga. Y he aquí lo fascinante. Obviamente, las ratas prueban el agua de las dos botellas; no saben lo que hay en ellas. El agua con droga no les gusta. Las ratas de Rat Park beben muy poco de ella. Nunca tienen sobredosis. Y nunca la usan de una manera que parezca adictiva o compulsiva, lo cual es fascinante. 
[...] Lo que Bruce dice es que esto demuestra que tanto la teoría de derecha sobre la adicción, como la teoría de izquierda, están erradas. La teoría de la derecha es: “Eres hedonista, te enfiestas demasiado, o sea, te permites demasiado, es un defecto moral”. La teoría de izquierda es que “esto toma tu cerebro, pierdes control sobre él”. Lo que Bruce dice es que no se trata de tu moralidad ni se trata de tu cerebro, se trata de tu jaula. La adicción es una adaptación al entorno.

* https://www.democracynow.org/es/2015/2/4/johann_hari_everything_we_know_about

@juandelsur2
 

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